Cita del día

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CITA DEL DÍA: «A los ídolos no hay que tocarlos: se queda el dorado en las manos» (Gustave Flaubert).

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martes, 23 de abril de 2013

Diccionario en tono de humor (31)





Reinvención personal, en clave de humor, del significado de las palabras.




ATORMENTAR. Athormentar. Nombrar o mencionar al  dios del trueno escandinavo.
AZULADO. Junto al color azul.
BEODOS. Veodos. Borracho. Cuando los efectos de la embriaguez han pasado, vuelve a ser veouno.
BICENTENARIO. Vicentenario. Día o año en que se cumplen dos siglos del nacimiento o muerte de don Vicente.
CATALANAS. Mujeres dedicadas a probar el pelo de las ovejas para examinar su sabor o sazón.
DOMINÓ. Dícese del que en otro tiempo fue invencible en el juego de las veintiocho fichas.
ENTROMETIDO. Aplícase al que tiene costumbre de meterse estando ya dentro.
ESCAPADO. En algunos deportes, corredor que se adelanta a los demás porque no le pesan los testículos.
ESTRIBILLO. Pieza en que el jinete apoya el piececillo.
EXTINTO. Dícese del vino que fue de color muy oscuro.
FRATERNIDAD. Hermandad perpetua.
PENE. Miembro viril de profesor numerario.
PRETENDIENTE. Dícese de la pieza dental  que aspira a ocupar definitivamente en la encía el lugar en que está una de leche.
RADIADOR. Locutor de radio.
VERBORREA. Enfermedad sexual de las palabras.





Cuando acabo de publicar esta entrada me entero de que mi vecino de bitácora Miguel Merino me ha hecho el honor de concederme uno de los premios (el de la categoría "Nueva semántica") Entre el olvido y la memoria que, a través de su blog con el mismo nombre, ha tenido a bien otorgar por primera vez en esta señalada fecha de San Jorge. Doble satisfacción por poder compartir galardón con personas de la categoría humana  y literaria de Dolega, Dessjuest, Inma, Moneypenny y Adwoa.

Como el motivo del premio es precisamente mi publicación de este diccionario, no quiero perder el tiempo ni la ocasión de testimoniarle a través de estas líneas mi ilusión y agradecimiento.

Aunque por su invitación a recomendar un libro parecería más indicado nombrar uno poco conocido, por haberlo  leído hace poco tiempo quiero acordarme de La sonrisa etrusca, del recientemente fallecido José Luis Sampedro.


jueves, 18 de abril de 2013

Citas (321 a 330)







321. “No soy tan joven como para saberlo todo” (Oscar Wilde).


322. “Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer” (Antonio Machado).


323. “Para el que ama, mil objeciones no llegan a formar una duda; para quien no ama, mil pruebas no llegan a constituir una certeza” (Louis Evely).


324. “Si nos quitan la posibilidad de equivocarnos, nos quitarán el placer de acertar” (Aldo Cammarota).


325. “Un fracasado es un hombre que ha cometido un error pero que no es capaz de convertirlo en experiencia” (Elbert Hubbard).


326. “Gran parte de la vitalidad de una amistad reside en el respeto de las diferencias, no sólo en el disfrute de las semejanzas” (James Fredericks).


327. “Si quieres que algo sea hecho, nombra un responsable. Si quieres que algo se demore eternamente, nombra una comisión” (Napoleón Bonaparte).


328. “Si podéis curar, curad; si no podéis curar, calmad; si no podéis calmar, consolad” (Augusto Murry).


329. “Hace tiempo conviví casi dos años con una mujer, hasta descubrir que sus gustos eran exactamente como los míos: los dos estábamos locos por las chicas” (Groucho Marx).


330. “No existe un signo más patente de debilidad que desconfiar instintivamente de todo y de todos” (Arturo Graf). 


Citas (311 a 320)                                   Página principal                                   Citas (331 a 340)

sábado, 13 de abril de 2013

Diccionario en tono de humor (30)






Reinvención personal, en clave de humor, del significado de las palabras.




Las definiciones de las más de 400 palabras que han aparecido en las 29 entradas anteriores de este diccionario son casi la mitad de las que fui inventado, a ratos perdidos, hace unos cuantos años. Andaban casi olvidadas en una carpeta que no abría desde hacía tiempo. A poco de crear este blog se me ocurrió sacarlas a la luz en él, para que pudieran leerlas algunas más de las escasas personas allegadas que hasta ese momento habían tenido acceso a ellas. Hice una selección de las que me parecieron menos malas, las ordené alfabéticamente y hasta ahora.

Tus generosos comentarios, amable lector, son los que me han hecho modificar la primitiva idea de cerrar el diccionario con lo publicado hasta el momento. La culpa de que vayan a aparecer nuevas entradas del   mismo la tienes tú, por jalearme. Si bien recuperaré alguna de las palabras descartadas (ya se sabe que los criterios, como los estados de ánimo, son cambiantes), quiero currarme por lo menos las dos terceras partes de las nuevas definiciones que sean publicadas. Espero no haberme oxidado demasiado.

Seguirán  apareciendo las  mismas 15 palabras de siempre, pero como iré inventando las definiciones sobre la marcha el orden alfabético solo se tendrá en cuenta en cada entrada.

Muchas gracias por tu apoyo.





ANACARDO. Dícese de la mujer en la que coinciden las circunstancias de celebrar su santo el día 26 de julio y tener un carácter arisco.
ANTÍPODA. Dícese del que es capaz de vivir al otro lado del mundo con tal de no compartir la costumbre de quitar las ramas superfluas de los árboles.
COJÓN. Cleptómano.
COMODÍN. Oportunillo, facilín.
DELATAR. Revelar que los espárragos no son naturales.
ESPUMA. El felino que se afeita con cuchilla.
ESTOQUES. Pues que va a ser: una espada.
PALATINO. Hueso que desarrollan en el paladar las personas que viven en  los palacios.
PARADERO. Casa o apartamento que las personas sin trabajo dedican a sus encuentros eróticos de carácter reservado.
REGALO. Francés por parte de padre y madre.
RELINCHAR. Ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un ejecutado sin proceso y tumultuariamente.
REPELENTE. Anteojo binocular.
SINTÉTICAS. Mujeres con poco desarrollo pectoral.
TEMPORAL. Hueso situado provisionalmente en el cráneo.
TÉTANOS. Enfermedad que impulsa a las mujeres que la padecen a reunirse para ofrecer sus pechos al primero  que pasa.

lunes, 8 de abril de 2013

Ariadna, a mi pesar







Espero que a mi futura sobrina-nieta no le suceda como al protagonista de Filomeno a mi pesar, novela de Gonzalo Torrente Ballester que ganó el Premio Planeta en 1988. No la he leído, porque solo llegué al de 1984, pero se deduce por el título que no le gustaba su nombre. Y no es de extrañar, porque se las trae, aunque sea verdad eso de que el hábito no  hace al  monje. La única Filomena que se conoce en mi familia es una persona absolutamente normal y encantadora, pero no deja de ser una putada que te bauticen con semejante nombre. Es como para vengarte de los responsables cuando llegas a la edad de defenderte por tu cuenta.

Estoy empezando a plantearme si aquello de no poner una Barbie en la vida de mi ahijada pudo afectarle más de lo que yo pensaba, porque eso de querer llamar Ariadna a una hija me parece que tiene que ser consecuencia de algún trauma infantil. En nuestros tiempos no existían esas cosas, pero en los de ella ya se habían inventado. Y no digo que sea como ponerle Jeniffer o Sheherezade, pero le anda a continuación. Con los nombres de toda la vida tan  sencillos y bonitos como hay. No me vaya usted a comparar con una Cristina, o una Elena, o una Ana, o una Isabel, o una Marta, o una Pilar (tan de la tierra)… o mismamente María, como se llama ella.

El  caso es que si fuera chico quería ponerle Carlos, un nombre como Dios manda. Nada más enterarme me acordé de mi abuela paterna, que tenía tanto sentido del humor como religioso. Cuando vio que su hija no tenía demasiada prisa por aprender a hablar, ofreció por la causa al Sagrado Corazón de Jesús llevar hábito de carmelita durante un mes. Los resultados fueron tan satisfactorios, que decía entre risas y veras: “Vestí el hábito para que hablaras, pero ahora volvería a vestirlo para que te callaras”. Pues en eso pensé yo. En trasladar al caso actual y a mi persona el ofrecimiento, poniendo como condición que fuera varón. Y no porque me importe el sexo del la criatura, sino por librarle de llamarse Ariadna.

La ecografía ha venido a decirme que no tengo demasiada mano en las Altas Esferas. Para mí que ha tenido algo que ver mi examiga Susana,  que me retiró la palabra y creo que incluso planteó mi excomunión a la Santa Sede a raíz de mi entrada cachondeándome de la forma de hablar de los curas.

La cosa está en que aún no ha nacido la niña y ya estoy en deuda con ella, por haberme librado de tener que vestirme de monja carmelita. La mejor forma de devolverle el favor hubiera sido librándola de semejante nombre y en eso estábamos. Empecé utilizando el sistema de la amenaza velada: “Me gusta que la niña vaya a llamarse así para poder llamarla Ari, como el perro al que tanto quería mi padrino”. En vista de la falta de resultados, decidí prescindir de solapamientos: “Estoy esperando a ver cómo pronuncian Ariadna los más viejos del lugar (el pueblo de Poleñino) para hacerlo yo de la misma forma”.

En algunos lugares de esta bendita tierra aragonesa se utiliza mallacán, una preciosa palabra (que incomprensiblemente se pierde el diccionario de la RAE) para referirse o los suelos pedregosos difíciles de picar. Pero no es esa la acepción a que quiero referirme, sino a la que por extensión se nos aplica a las personas tozudas. No me importa que se me tilde de prepotente (hace años que no tengo abuelas para que me hagan esa labor) si digo que con la cantidad de cualidades que me adornan (casi todas menos la belleza) la jodía de mi ahijada ha ido a heredar uno de mis defectos. Quiero decir que seguimos como estábamos: ARIADNA.

Pero hay que ser positivos. Como dice un amigo mío, lo importante es lo principal. Al final terminas acostumbrándote al nombre y lo que cuenta es la persona. Y con que la niña se haga querer la mitad que la bruja de su madre, cariño va a sobrarle.

jueves, 4 de abril de 2013

Citas (311 a 320)







311. “Si estudio no es por saber más, sino por ignorar menos” (Sor Juana Inés de la Cruz).


312. “Cuanto antes nos percatemos de que nuestro destino está en nosotros mismos, y no en las estrellas, tanto mejor para nosotros” (Axel Munthe).


313. “Todos los cementerios del mundo están llenos de gente que se consideraba imprescindible” (George Clemenceau).


314. “El dinero es como el estiércol: no es bueno, a no ser que se esparza” (Francis Bacon).


315. “No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche” (Khalil Gibran).


316. “Tolerancia significa disculpar los defectos de los demás; tacto, no reparar en ellos” (Arthur Schnitzler).


317. “Trabajo pesado es por lo general la acumulación de tareas livianas que no se hicieron a tiempo” (Henry Cooke).


318. “Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda” (Martin Luther King).


319. “Nada es veneno y todo es veneno; la diferencia está en la dosis” (Paracelso).


320. “Confesamos nuestros pequeños defectos para persuadirnos de que no tenemos otros mayores” (François de la Rochefoucauld).


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