Cita del día

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CITA DEL DÍA: «A los ídolos no hay que tocarlos: se queda el dorado en las manos» (Gustave Flaubert).

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martes, 29 de marzo de 2016

Donde dije digo...



... digo Diego



Agustín, el padre, tenía muy claro que su primer hijo varón se llamaría como él. La madre le recordó que Jorge era el nombre con que había soñado desde que tuvo su primer atisbo de instinto maternal. Juan, el padrino, amenazó con dejar de serlo si no se lo hacían tocayo. La abuela comentó que habiendo tenido la suerte de que hubiese nacido el día de San Bonifacio, sería ofender al santo no ponerle un nombre tan precioso. Para la hermana no existía otro que Pablo, el de Alborán. Nadie quería bajarse del burro, pero en lo que sí se pusieron de acuerdo fue en que eran demasiados nombres para un niño tan pequeño. En consecuencia, donde el padre había dicho Agustín, la madre Jorge, el padrino Juan, la abuela Bonifacio y la hermana Pablo, todos terminaron diciendo Diego. Y todos pensaron que hubiera sido un error llamarle de cualquier otra forma. Y cada uno de ellos estaba seguro de que la idea había sido suya.


viernes, 25 de marzo de 2016

Decoloración capilar






Aunque estaba contenta con su pelo negro, siempre le picó la curiosidad por vérselo más claro. Lo cierto es que nunca fue muy lanzada para los cambios, por lo que había ido dejándolo hasta que vio lo guapa que estaba de rubia platino su prima Elena, todavía más morena que ella. La prudencia le impidió decidirse por tan drástica transformación, pero sí se animó a empezar rebajándose el color. Cuando fue a la peluquería y dijo que quería el cabello decolorado, sin pedirle más explicaciones se lo tiñeron de un rabioso pelirrojo.


lunes, 21 de marzo de 2016

Los Sin Trabajo






La afición y la desgracia que tenían en común terminaron por unirles. Todos sabían tocar algún instrumento musical y todos se encontraban sin trabajo. Así nació la  orquesta Los Sin Trabajo. Actuaban por la voluntad en las fiestas de los pueblos, pasos del ecuador, cumpleaños, despedidas de soltero, bodas, primeras comuniones, bautizos y demás festejos. El dinero recaudado se repartía entre aquellos miembros sin derecho a subvención estatal o con mayores necesidades económicas. Una parte era guardada para celebraciones, como la cena que se organizó cuando Anastasio el contrabajista se colocó en una empresa después de estar tres años en el paro. Era uno de los componentes más destacados y no querían que por haber cambiado su situación laboral tuviera que abandonar el grupo, sin embargo resultaba evidente que el nombre del mismo había dejado de tener sentido. Lo comentaron a los postres y decidieron denominarse de otra forma, para que nadie pudiera acusarles de fraude. A partir del siguiente concierto se llamarían Los Sin Trabajo y el Contrabajo.


jueves, 17 de marzo de 2016

Alérgico a los datos






Entre los informáticos llevaba fama de ser un ordenador fuerte, valiente y generoso. Aguantaba sin rechistar todas las intervenciones a que era sometido, tanto de inyección, como de extracción, como de implantación. La mayoría se quejaba de lo dolorosas que eran las actualizaciones del antivirus, sin embargo él las soportaba sin una mala palabra. Como donante de archivos nunca se quejó de que le hubieran hecho daño con cables, ni con discos, ni con otros dispositivos de almacenamiento. Se recuperó con suma facilidad de un formateo de disco duro y recibió sin rechazo alguno un trasplante de memoria para el que cualquier otro hubiera necesitado un largo periodo de adaptación. Sin embargo tenía un punto flaco: era alérgico a los datos. Cuando preguntaba qué le estaban metiendo y le respondían que "da tos", ya sabía que iba a pasarse el día tosiendo.


domingo, 13 de marzo de 2016

Delata que son de lata






Supieron explotar la preocupación y el gusto de la gente por volver a consumir y paladear alimentos naturales. Funcionó el boca a boca y su modesto restaurante se puso en candelero. Apetecía coger el coche y desplazarse unos cuantos kilómetros para respirar un aire más puro, comer auténticos huevos de gallina de corral, disfrutar con el sabor de las legumbres recién cogidas del huerto, deleitarse con los productos de un cerdo de confianza, relamerse con postres como los que hacía la abuela, beber un más que honesto vino de la casa y degustar el pacharán preparado en familia con endrinas de por allí.

Nadie pareció darse cuenta de que la ampliación del negocio se fue haciendo a costa de convertir el gallinero en un segundo comedor, la cochiquera en otra despensa y el huerto en un aparcamiento. La intoxicación alimentaria de unos cuantos clientes puso de manifiesto que los espárragos eran de lata. El botulismo delata.


miércoles, 9 de marzo de 2016

Decantarse por cantar




Todos los miembros de la familia se ganaban la vida como artistas y ella no quería ser la excepción. Magníficamente dotada para el canto y para el baile, siempre prefirió la segunda opción. Sus padres consideraron oportuno que compartiera clases de ambas actividades, hasta que tuviera elementos de juicio y edad suficientes para decidirse por una u otra. Siempre guardaría rencor a su progenitor porque, llegado el momento, en vez de decirle que debía elegir le advirtió que se tenía que decantar, por lo que se creyó obligada a seguir por el camino del canto muy a su pesar.




sábado, 5 de marzo de 2016

Circuito para animales lentos







Andaban más que mosqueados los caracoles y las tortugas en la Ciudad de los Animales. El señor alcalde —burro tenía que ser— no quería hacerles un circuito que se adaptara a sus condiciones, argumentando que no tenía sentido pudiendo utilizar uno hermosísimo en el que se celebraban las carreras de galgos y caballos. Se quejaban los más lentos de que para dar una simple vuelta necesitaban días o incluso meses y el edil les respondía que podían poner la línea de salida a la distancia que quisieran de la meta, sin necesidad de recorrerlo por completo. Contraargumentaban ellos que lo bonito de esas competiciones es que sean a varias vueltas, con objeto de que los espectadores puedan ver pasar en varias ocasiones a los participantes, pero sus reivindicativos escritos no tenían éxito alguno. Viendo que las manifestaciones amenazando con dejar de pagar impuestos también resultaban infructuosas, la tortuga Lerna y el caracol Érico se personaron en el ayuntamiento. Mientras la primera desmontaba un enchufe y acercaba el cable positivo al negativo, el otro amenazaba al alcalde con que si no les prometía construir un circuito corto ellos estaban dispuestos a hacer un cortocircuito.


martes, 1 de marzo de 2016

La peligrosa cordura






El pabellón para enfermos mentales graves con tendencias suicidas de aquél hospital psiquiátrico contaba con una construcción, unas medidas de seguridad y unos profesionales para ponerlas en práctica que lo convertían en uno de los más fiables del país. Absoluta inaccesibilidad del enfermo a ventanas, cisternas, instrumentos punzantes, cordones, cinturones, medicamentos o cualquier producto u objeto capaz de ocasionarle daño. Todo fue sobre ruedas hasta que los locos se dieron cuenta de que la diferencia que había entre ellos y el personal que trabajaba allí era la cordura. Y así fue como una noche secuestraron a la enfermera que les vigilaba —que evidentemente era cuerda—, la colgaron de una viga, se pusieron en cola y se fueron ahorcando con ella uno por uno en riguroso orden.